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Salud
CONOCER EL CEREBRO
Educación y proceso de evolución cerebral - 1ª parte
Fuente: Extracto de la obra "Conocer el cerebro para la excelencia en la educación"
La evolución del cerebro a lo largo de la vida
asi todas las neuronas del cerebro se generan durante los tres primeros meses de gestación del ser humano. Así, un bebé humano nace con un número similar de neuronas al que tendrá su cerebro de adulto, salvo en las referentes al cerebelo y al hipocampo cuya cantidad aumenta considerablemente después del nacimiento.
Lo que ocurre a lo largo de la vida del ser humano es que su cerebro sufre varias reorganizaciones. Dichas reorganizaciones afectan más a las conexiones entre neuronas (lo que Blackmore llama «cableado») que al número en sí. De esta manera se produce una compleja red de conexiones no sólo entre neuronas próximas entre sí, a través de las fibras cortas, sino también entre neuronas muy alejadas, a través de las fibras largas.
Hay dos momentos en la vida de las personas en los que se produce un aumento espectacular de sinapsis neuronales: en la niñez (especialmente en el primer año de vida) y la adolescencia (áreas frontales). Tanto es así que su número supera con creces el que tiene un cerebro adulto. Es necesario reducir este exceso, pues no es conveniente ni para la supervivencia ni para realizar los aprendizajes posteriores. A esto se le conoce con el nombre de «poda neuronal» o «prunning» y tiene lugar durante los tres primeros años de vida y en la post-adolescencia.
En este proceso de maduración cerebral, los genes, la estimulación ambiental y la educación son de vital importancia, puesto que serán los que ayuden a conseguir un adecuado podado tanto a nivel cuantitativo (número de sinapsis) como cualitativo (calidad de las mismas).
No obstante, este proceso madurativo no es uniforme en todo el cerebro, sino que varía según áreas concretas. Según este proceso maduran antes todas las áreas más relacionadas con la adaptación al medio y la supervivencia (el procesamiento de las sensaciones y la actividad motora); además, está demostrado que la maduración sigue una dirección postero-anterior y que el hemisferio derecho madura antes que el izquierdo. Así, por ejemplo, la poda en las áreas frontales es más tardía pudiendo llegar hasta la adolescencia o incluso hasta bien iniciada la veintena y, sin embargo, la corteza visual alcanza su valor máximo a los diez meses de vida.
Además de esta línea de maduración de la sustancia gris, también existe la relacionada con la sustancia blanca, que aumenta paulatinamente desde la infancia hasta la juventud y es progresivo hasta los 40 años y que consiste en una mielinización de los axones de las áreas córtico-corticales y que también favorecen el desarrollo y la conexión de muchas áreas cerebrales y las prepara para aprender
Estructuras cerebrales preparadas para aprender
Es evidente que se necesita una cierta madurez cerebral para que se pueda llevar a cabo el aprendizaje y que no todos los aprendizajes se pueden realizar en los mismos períodos. No sólo la genética determina estos momentos sino también la motivación, el estado emocional, el estado físico, el ambiente, …constituyen elementos que favorecen o interfieren en el proceso.
El cerebro «aprende» de forma instintiva todo lo relacionado con la supervivencia y, a partir de ahí, cuanto más se use más y mejor se aprende, puesto que mayor plasticidad se conseguirá. Ésta persistirá a lo largo de toda la vida, en función de un ambiente emocionalmente estable que gestione de forma adecuada los períodos de estimulación y de descanso.
Atendiendo a la madurez del cerebro para aprender se pueden definir tres momentos:
Desde el nacimiento hasta los tres años: existe una maduración de las áreas corticales primarias, del sistema límbico y del cerebelo. Esto le permite interactuar, comunicarse y relacionarse con el medio, manejar bien la comunicación no verbal y emocional e iniciarse y perfeccionar la lingüística. El cerebro está preparado para procesar una información clara y concisa en un ambiente lleno de novedades y en un entorno emocional lo más estable posible.
Desde los cuatro a los once años: el cerebro está preparado para adquirir destrezas académicas y valores sociales, culturales y morales. Se requiere que la información recibida esté seleccionada, ordenada, secuenciada y esté basada en conocimientos y procesos cognitivos previos ya adquiridos.
Desde los doce hasta la adolescencia: el desarrollo de la sustancia gris aumenta la capacidad de llevar a cabo aprendizajes abstractos y perfeccionar las capacidades cognitivas. La madurez del cuerpo calloso permitirá la integración de las funciones de los dos hemisferios cerebrales. El desarrollo del córtex prefrontal permite el acceso a las funciones más complejas del ser humano: relacionadas con las funciones ejecutivas, de conciencia moral y ética y de toma de decisiones.